Irse o Quedarse
- Psicológicamente Hablando
- 24 nov 2019
- 3 Min. de lectura
Para nadie es un secreto, que nuestra sociedad hoy día lucha diariamente con sus estados de ánimo, debido al contexto económico, político y social que se vive en Venezuela, nos conduce a ser personas con cierta bipolaridad; podemos estar sonriendo y de repente una noticia, o un mensaje nos puede desgraciar el día o viceversa. Pero nuestra lucha más fuerte está impulsada por la famosa pregunta que todos nos hacemos casi que a diario ¿Me voy, o me quedo en Venezuela? Es una pregunta muy difícil de responder, y más allá de algo difícil de responder, un problema costoso de resolver.
El 70% de las personas que migra de Venezuela lo hace huyendo, pero realmente no lo hacen por la situación en la que estamos hundidos, si no, escapando del “trabajo” o de ir por un mejor “futuro” para su familia, cuando en la mayoría de las veces le dan la espalda completamente. O, al contrario, se van porque en realidad necesitan ayudar a sus padres e hijos, y deciden arriesgarse por los suyos, y la soledad los lleva a sufrir cambios emocionales drásticos, depresión y en algunos casos hasta el suicidio.
Ir y quedarse, y con quedar partirse, partir sin alma, ir con alma ajena, oír la dulce voz de una sirena y no poder del árbol desasirse. (Gisela, 2018).
La depresión es uno de los factores psicológicamente hablando que más acto de presencia hace en estas personas, sea porque se van, o porque se quedan; si migran, la depresión los conduce a los famosos “vicios” o sustancias psicotrópicas que los ayuda a olvidarse de la dura realidad que viven en el exterior, los libera del estrés y la depresión en la que están sumergidos por cierto tiempo, hasta volverse adictos a ellos. Otro de los factores que los conlleva a la depresión es que están trabajando o están haciendo algo, solo por dinero y en casi todos los casos por inercia porque no es lo que aman de verdad; por el contrario, si te quedas igual sufres de estrés y depresión, estrés porque los conflictos del país te lo provocan, o tal vez porque atraviesas por una situación económica dura en tu familia, y el fulano estrés te conduce hacía la depresión si es consecuente.
Las personas que deciden quedarse lo hacen es por su bienestar, porque son consciente de lo duro que es ser migrante, que el trato que vas a recibir no va a ser el mejor, que las redes sociales muestran solo el lado bonito de las personas en el extranjero así vivan peor de cómo estaban en su tierra, y su decisión es impulsada simplemente por la felicidad, porque puedes hacer algo que realmente te gusta sin recibir nada a cambio, y porque tienes una visión diferente de las cosas, que todo pasa por alguna razón y que el verdadero futuro lo construimos nosotros mismo con pequeñas cosas que nos pintan día a día la vida de colores.
Hablando desde la experiencia de un migrante venezolano que mantuvo su estadía 6 meses en Bogotá Colombia, y actualmente reside en Lima, Perú: La soledad lo invade diariamente, se siente tan solo que rompe en llanto para liberar la depresión, pero en realidad con las lágrimas no resuelve nada “Realmente necesito un fuerte abrazo alentador y una vocecita que me diga al oído mientras me abraza ¡Ánimo! Vamos lucha, yo sé que tú puedes, eres capaz de eso y mucho más” son las palabras textuales de ese joven de 18 años de edad, que abandonó sus estudios y migro para ayudar a su familia a salir adelante. Pero lamentablemente no cuenta con nadie que lo apoye y lo aliente fuera de un teléfono, más allá de un video llamada con su familia, esa triste e incómoda situación lo ha llevado a recurrir a sustancias ilegales para saciar la sed de la depresión y la soledad, el licor y las drogas es lo único que lo acompañan en los momentos en que se agrava su crisis existencial. ¿Qué necesidad tiene este joven de pasar por esta situación? Cuando sus acompañantes y el abrazo de aliento lo deberían recibir de su familia y de sus verdaderos amigos, ser alentado a salir adelante, a colocarse la famosa corona que pocos tienen la virtud, porque realmente es una virtud colocarse el (Birrete) de graduación y recibir un título universitario, pocos hoy en día lo hacen, estás fueron las palabras de un profesor de la Universidad de los Andes que se pronunciaba alentando a los estudiantes “Los jóvenes que estudian con la situación que vivimos hoy en día deberían graduarse con honores, porque no cualquiera se sacrifica en estudiar y lograr el objetivo”.
🔰Referencia Bibliográfica: Gisela, K. (2018). Venezuela: Irse o Quedarse. “Literal: Voces Latinoamericanas”. Recuperado de: http://literalmagazine.com/venezuela-irse-o-quedarse/
🔶Autor: Miguel Salas, Estudiante de Comunicación Social.
🔷Editor: Simón Niño Quintini, Profesor en el área de Psicología.
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